Sergio es más alto que la fachada del Titán
- Alejandro Forero

- 5 jun 2022
- 3 Min. de lectura
Por: Manuel Alejandro Forero Torres
“caminando al lado de hombres y mujeres imbéciles que aparentaban vitalidad”
El frío gélido golpea mi rostro, y penetra hasta lo profundo de mi ser. El ruido de las gotas de las bellas fuentes, se pierde en la música y el tránsito de los espectadores.
Es como si nunca, una persona llena de miedo y de tristeza, haya recorrido las escaleras eléctricas, tal vez atajado por la publicidad y alguna famosa canción, antes de lanzarse al vacío lleno de expectativas y deseos.
El lugar no parece haberse interpelado, es el mismo, y quien transite, no recordará que aquí sucedió un hecho tan trascendental que marcó la historia de esta ciudad.
La misma discriminación que sufrió Sergio en su colegio, es la misma discriminación que este centro comercial ha tenido frente a su símbolo.
No hay una placa, no hay nada que nos recuerde el lugar donde él decidió lanzarse al vacío, y volar tan alto, que ahora es símbolo de una fundación que lleva su nombre, y permite ayudar a otros jóvenes que estén pasando por esta misma situación.
Los bordes del edificio se encuentran cercados, como una alerta para prevenir la caída de alguien más, con alambre y altos separadores. Esto me lleva a pensar, que las políticas que implementó el centro comercial, fueron para prevenir que alguien se vuelva a tirar al vacío, y no para prevenir el suicidio.
Este lugar es el sitio más concurrido para hacer vida social, para escuchar música, para sentarse en las gradas, y tomarse una buena cerveza; pero estoy convencido de que muchos de los que visitan este lugar, no saben qué ocurrió aquí, lo ignoran y poco le prestan atención.
Es uno de los lugares más vigilados, los celadores están haciendo guardia constantemente, y las cámaras de seguridad apuntan a cada uno de los vértices que señala la periferia del edificio.
La memoria de Sergio, ha trascendido tanto que la fundación llegó fuera del país, previniendo el suicidio, y convirtiéndose en una herramienta para darle voz a quienes no la tienen, y escuchar a los que no han sido escuchados.
Pero el lugar donde Sergio murió, solamente se ha quedado en información básica del hecho. A los alrededores bajo el puente de la calle 80 con Avenida Boyacá, aficionados pintaron un bello grafiti, donde él, observa en la compañía de otros dos jóvenes muertos en circunstancias bastante diferentes, a los transeúntes que recorren esa avenida.
Hoy, como esos mismos artistas que quisieron guardar tu memoria en esa discreta pintura escondida por el humo de los autos, bajo ese sucio puente, te quiero dedicar estas palabras.
Querido Sergio, tal vez en este plano terrenal, la vida no nos dio la oportunidad de conocernos, pero quiero que sepas que desde el día que los titulares invadieron con tu rostro en las noticias, me impactó que hubieras tomado la decisión de lanzarte al vacío de este centro comercial.
Sé que no fui el único al que dejaste con muchos interrogantes, pero sí, el que años después montado en un bus de Transmilenio diariamente, se fijaba en la fachada del Titán Plaza, y se preguntaba, cuáles habrían sido tus sentimientos, tus miedos, tus inseguridades, tus desafíos y la valentía que tuviste para tomar esa decisión.
Quisiera pensar que estoy recorriendo tus pasos, que también siento el temblor en las piernas, y la voz agitada para gritarte fuerte y decirte que no saltes.
Pero ahora me doy cuenta de que tomaste tu decisión en plena libertad, y que haberte lanzado al vacío, te permitió volar como millones de mariposas verdes, que se despliegan por la urbe capitalina, y nos demuestran que no muere, quien no se olvida.
A pesar de que en este lugar no te recuerden, muchos jóvenes te quisiéramos abrazar y decirte gracias, porque la fundación que encabeza tu mamá, ha servido para ayudar a muchos chicos que atravesaron por los mismos momentos crueles que tú viviste en este plano terrenal.
Tú no estás muerto Sergio, tú estás más vivo que nunca, y quienes conocemos tu historia, nunca podremos pasar por aquí, sin recordar lo que aquí sucedió, y lucharemos por preservar tu memoria.



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